lunes, 18 de abril de 2011

SUICIDIOS, A LA ALZA EN EL MUNDO. Reportaje.

Suicidios, a la alza en el mundo
Jesús Aldabi Olvera


MÉXICO D.F., 1 de abril (apro).- Durante los últimos 50 años, los  suicidios aumentaron 60%  y pasaron  a ser la decimosexta causa de muerte en el mundo, superando las cifras del homicidio (22%) y el cáncer de estómago (17%).
Sin embargo, la ineficacia en la atención del problema y los tabúes que prevalecen en las sociedades contribuyen a que el fenómeno continúe creciendo.
A pesar de que la tendencia del suicidio aumenta (para el 2030 será la doceava causa de muerte), sólo algunos países como Estados Unidos, Japón,  Bélgica o Canadá tienen centros de prevención y programas nacionales suficientes para tratar a las personas con tendencias suicidas.
Según el artículo de IPS noticias, Suicidios aumentan en India, en la región de Bengala Occidental (con 80 millones de habitantes) sólo hay un centro especializado en atención para suicidas, el Lifeline Foundation. Además, las autoridades ignoran el problema tanto a nivel local como estatal y nacional, dice la nota.
En un artículo de la BBC de Londres titulado Batalla contra suicidios en México, de junio de 2010, el experto Alejandro Águila menciona que a diferencia de Europa, en México y América Latina son pocos los sitios especializados en la atención de este fenómeno.
La nota explica que el tratamiento en México se enfoca principalmente en cuestiones psiquiátricas y deja de lado cuestiones sociales y familiares. Además de los problemas de atención, los prejuicios influyen para que el problema se agrave.
En su libro La epidemia oculta, la experta Margaret Hyde explica que todavía prevalece la idea de que los suicidas son “locos”, palabra que se relaciona con personas “extrañas” y es usada para etiquetar a individuos que sufren de serias enfermedades emocionales que afectan su comportamiento.
“El comportamiento suicida está asociado a la depresión, al abuso de sustancias, a la esquizofrenia y diversos desórdenes mentales”, explica a Apro Alexandra Fleischmann, del Departamento de Salud Mental y Abuso de Sustancias de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
         “Sin embargo, la proporción relativa de estos desórdenes varía en diferentes lugares, y hay casos en los que aparentemente no hay desorden”, aclara.
De acuerdo con la página de la Asociación Irlandesa de Suicidología, creencias como el que un intento suicida es sólo “una llamada de auxilio” o que quienes tienen desórdenes de personalidad usan el suicidio para “manipular a los demás”, propician que no se atienda el problema o se menosprecie a la víctima.
Aunado a los desórdenes de personalidad, existe también un fuerte componente socioeconómico que orilla a las personas a quitarse la vida.
Entrevistado por Apro, el sociólogo de la Universidad de Iowa Robert Baller explica el fenómeno:
“Con la modernización, la expectativa de éxito económico se  incrementa. Si las personas se convierten en desempleadas o pobres, experimentan mayor presión psicológica debido a que tienen altas sus expectativas” de bienes materiales.
Y detalla: “Esta presión contribuye a los pensamientos suicidas entre aquellos que tienen una determinada combinación de poco miedo y un mayor umbral para el sufrimiento.”
En julio del 2003, el Journal Epidemiology and Community Health descubrió que los desempleados son tres veces más propensos al suicidio.
“El suicidio es siempre un evento complicado e intrincado. Las causas sociales y económicas pueden incrementar el nivel de desesperación y depresión. Éstas son dos de las principales causas de suicidio”, dijo a Apro Jennifer Barron, del Programa Para la Prevención del Suicidio Juvenil de Washington.
A partir de la crisis económica del 2009 cunden las noticias que relacionaban el suicidio con la crisis: Asesinato-suicidio en California: una tragedia sobre la crisis financiera? (Time, 8 de octubre de 2008), Crisis económica, posible factor de aumento de suicidios: experto (El Universal, 14 de marzo de 2009), Creciente índice de suicidios en el mundo ligado a la crisis económica (economiccrisis.us, 13 de agosto de 2010). Todas destacan que  la pérdida del empleo aumenta los sentimientos de frustración, recelo y falta de perspectivas. El 5 de marzo, por ejemplo, el periódico La Jornada publicó que la crisis en Irlanda hizo que en 2009 los suicidios aumentaran 24 %.
“Estos son hombres que tenían trabajo y ahora no. Se encuentran desocupados o con problemas financieros”, dijo para  el diario mexicano Geofry Day, de la Oficina Nacional de Prevención del Suicidio de Irlanda.
La Policía Nacional Japonesa hizo en 2007 un estudio sobre los motivos para morir a partir de las notas que dejaban los suicidas. Si bien encontraron más de 50 razones, la pérdida de empleo se presentaba en 63% de los casos y “las dificultades de la vida” en el 34%.
El artículo Aumenta el suicidio en la India menciona que entre 1997 y 2005 cada 32 minutos se suicidó un agricultor del país asiático por problemas relacionados con la pérdida de sus cultivos ante el embate de los transgénicos y la modernidad, aunque la nota especifica que el fenómeno también se extiende a  las trabajadoras del hogar y, en especial, a los estudiantes que normalmente recurren al ahorcamiento, a morir embestidos por trenes o a ingerir veneno.
Y es que la juventud se ha convertido en protagonista del fenómeno suicida. De acuerdo con el artículo “Suicidio y Producto Interno Bruto en Chile: hacia un modelo predictivo”,  publicado  en  la Revista Latinoamericana de Psicología en 2006,  en la década de los 50 el índice de suicidios se situaba en los adultos mayores de 74 años. Sin embargo, a partir de  esa  década el índice se desplazó mayoritariamente hacia los grupos más jóvenes.
De acuerdo con la OMS,  en el mundo el suicidio es la quinta causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 29 años, y de los adultos jóvenes (entre 30 y 40 años).
En el 2008, la Encuesta Nacional de Adicciones titulada Suicidio en jóvenes: hallazgos básicos, reveló que la falta de empleo y trabajo son factores que afectan a los jóvenes mexicanos (los llamados ninis), y los pueden orillar a tener conductas suicidas, ya que de 349, 987 jóvenes de entre 12 y 29 años que intentaron suicidarse en 2008, 7 de cada 10 no tenían trabajo y 6 de cada 10 no estaban estudiando.
Expertos de la Escuela de Medicina de Yale revisaron, también en el 2008, la relación entre el acoso escolar y el índice de suicidios, y encontraron que las víctimas del bullying son de dos a nueve veces más propensos a suicidarse.
En enero del 2011 el Centro de Control y Prevención de enfermedades en Estados Unidos publicó que 4 mil 400 menores de 18 años se quitaron la vida en el 2010. La mayoría era víctima de acoso escolar.

Lee el reportaje completo aquí.

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