miércoles, 31 de agosto de 2011

¿HISTERIA O MELANCOLÍA?

Roger Bartra La jaula abierta. Letras Libres.

¿Histeria o melancolía?

Junio 19, 2008

La fotografía, de 1920, muestra a dos enfermas mentales recluidas en el manicomio de la Castañeda: con sus andrajos blancos son la imagen misma del abandono y la miseria más radicales. Sus miradas se clavan en la cámara como buscando los destellos de la lucidez que han perdido. Se apoyan en lo único que les queda, las ramas secas de un árbol tan triste como ellas. Diez años antes el presidente Porfirio Díaz, para celebrar el centenario del nacimiento del país, había inaugurado el hermoso y amplio edificio de Mixcoac, el Manicomio General, y recorrió con su séquito los pabellones en los que se repartían y separaban a los furiosos, los imbéciles, los indigentes, los tranquilos, los pensionados, curiosas denominaciones que reflejaban crudamente las tradiciones psiquiátricas de la época.
Estas dos enfermas posiblemente provenían del Hospital de la Canoa, una antigua institución colonial que recogía a mujeres dementes y las hospedaba, hacinadas por decenas, en sus dormitorios oscuros. Puedo imaginarme que alguna de ellas llegó con un expediente de lipemanía o melancolía; otra tal vez fue etiquetada como histérica delirante. Eran diagnósticos comunes en esa época. ¿Cuál de las dos es la melancólica? ¿Cuál es la histérica? Acaso la mirada tristísima y el gesto amargo de la mujer que lleva la cabeza descubierta, mostrando que ha sido rapada, es la afectada por el humor negro. La otra, que está descalza y sostiene una taza en las manos, tal vez ha interrumpido un rapto de histeria para mirarnos con una mezcla de curiosidad y angustia. Alguna de estas dos mujeres podría haber sido la que le expresó en 1910 a su médico, según consta en un expediente del Manicomio General, las siguientes y reveladoras palabras: “Mientras fui el burro atado a la noria, sacando agua para que otros bebieran, fui cuerda; pero en cuanto me rebelé, me volvieron loca”. La otra reclusa acaso fue aquella que le enseñó al doctor una carta dirigida al general Díaz pidiendo justicia, pues se sentía perseguida, y se quejó de que cuando pedía caldo le daban en cambio orina: en el expediente de esta reclusa consta que en 1910 sufría de delirio poliforme, aunque al final es dada de alta como “sana y arrepentida”. ¿Arrepentida de qué? No se sabe.
O tal vez alguna de estas dos mujeres fue aquella que solía escaparse de su casa para ir a los burdeles, que vivió más de treinta años en el manicomio y que sufrió una ataque de “psicosis histérica caracterizado por ideas delirantes de escrúpulo”. Según el diagnóstico de 1927, esta señora “sabe que vino por loca, pero ya está bien”, pues tiene largos periodos de tranquilidad, aunque se excita sobremanera si la contrarían; además, sufre de delirio místico y se reúne con varias enfermas para rezar tres veces al día.
El manicomio de la Castañeda desapareció poco más de medio siglo después de su fundación, y sus locos fueron dispersados. Las sales de plata, sensibles a la luz, nos han conservado en fotografías los ademanes de los dementes que habitaban la casona de Mixcoac. En la época en que se cerraba la Castañeda otras sales, las sales de litio, comenzaron a usarse para traer luz a los oscurecidos cerebros afectados por la melancolía. Ahora tenemos la ilusión de que pronto ya no habrá mujeres como estas, apoyadas en el árbol seco de su mente, esperando la llegada de la luz.

domingo, 21 de agosto de 2011

SESIÓN ACADÉMICA. AGOSTO 2011. APM VERACRUZ.

Como es costumbre cada mes, los socios y amigos de APM Veracruz, nos reunimos para llevar a cabo nuestra sesión académica mensual, como parte de las actividades de educación contínua que venimos desarrollando. Teniendo como sede en esta ocasión a la bella ciudad de Xalapa y contando con el apoyo de Laboratorios Psicofarma, la reunión se realizó en conocido restaurante de la ciudad, el pasado viernes 19 de agosto. Los asistentes a la convocatoria pudimos disfrutar de unas horas de actividad académica y gremial, así como de la compañía y charla de colegas y amigos asistentes.
La sesión inició recordando que nuestro XXII Congreso Nacional ya se encuentra en puerta, pues los días 18 al 22 de noviembre en el WTC de Boca del Río, seremos anfitriones de nuestros amigos y colegas que llegarán de todos lados del país y también del extranjero para unas intensas jornadas con actividades académicas, gremiales y sociales que nuestra Asociación Psiquiátrica Mexicana, dirigida por el Dr. Fernando López Munguía, se encuentra ya preparando.
También, seguimos convocando a los socios a participar dentro de las actividades académicas con sus trabajos, exhortandolos a que muestren  su quehacer clínico y académico en el marco de este Congreso.
Una vez que informamos sobre próximos eventos académicos en las siguientes semanas, continuamos con la actividad académica de la noche.
En esta ocasión, tuvimos la oportunidad de tener como invitado al Dr. FERNANDO CORONA HERNÁNDEZ.
El Dr. Corona es  médico cirujano egresado de la Escuela Superior de Medicina  del  Instituto Politécnico Nacional, Psiquiatra por la UNAM y el Hospital Psiquiátrico "Fray Bernardino Alvarez" de la Secretaría de Salud. Es Subespecialista en Psiquiatría Comunitaria, Psiquiatría de Enlace y Mtro.  en Psicoterapia Médica. Conocemos al Dr. Corona como un experimentado clínico, ha sido jefe de diversos servicios Clínicos en el HPFBA y en el Hospital de Psiquiatría “Dr. Héctor Tovar Acosta” del IMSS. Además, ha sido asesor de Programas de Salud Mental y Servicios de Atención Psiquiátrica y  Analista y Supervisor Médico de Hospitales de Psiquiatría de la SSA.

El Dr. Fernando Corona presentó una interesante ponencia titulada: Clozapina. A sus 51 años de uso clínico: eficacia, seguridad y tolerabilidad. Sin duda una ponencia enriquecida por la gran experiencia del Dr. Corona, y con su también amena charla, el Dr. Corona nos compartió información de gran utilidad para el clínico sobre uno de los medicamentos antipsicóticos que ha sido un parteaguas tanto en por sus propiedades farmacologicas, como por su papel en la comprensión de las alteraciones neurobioquimica de la psicosis, especialmente de la esquizofrenia.
Despúes de una sesión de preguntas, concluímos la actividad académica, agradeciendo a nuestros queridos amigos Alfonso Zamora Cuevas, representante médico y al Dr. Francisco Medina Guzmán, gerente de distrito de PSICOFARMA, su tan gentil apoyo para la realización de esta sesión académica mensual de la Asociación Psiquiátrica Mexicana, Capítulo Veracruz.




Una noche, en resúmen, que a todos los asistentes nos dejó un grato sabor y que esperamos, se vuelva a repetir.

CINE DEBATE. EL CISNE NEGRO. Jueves 25 agosto 2011. 8:30 PM


jueves, 18 de agosto de 2011

JORNADAS DE PSICOTERAPIA. COLEGIO DE PSIQUIATRAS DEL ESTADO DE VERACRUZ, A.C.


LES COMPARTIMOS UNA INVITACIÓN DEL COLEGIO DE PSIQUIATRAS DEL ESTADO:

JORNADAS DE PSICOTERAPIA
2, 3 Y 10 DE SEPTIEMBRE DEL 2011.

DIRIGIDO A PROFESIONISTAS Y ESTUDIANTES DE LAS AREAS DE MEDICINA, PSICOLOGÍA, PEDAGOGÍA, TRABAJO SOCIAL Y AFINES.
TEMARIO: 
MODELO INTERPERSONAL, MODELO GESTALT, MODELO COGNITIVO CONDUCTUAL, MODELO FAMILIAR, MODELO PSICODINÁMICO. 

AUDITORIO DE LA UNIDAD DE SERVICIOS BIBLIGRAFICOS (USBI)
Juan Pablo II S/N Esq. Boulevard Adolfo Ruiz Cortínez. Boca del Río, Ver.

INFORMES: 012299 314315, 2299 778490, 2291 024161, 2299 899907.

THE PRISON PROJECT. SESION DEL HOSPITAL DE SALUD MENTAL.

HOSPITAL DE SALUD MENTAL
SERVICIOS DE SALUD DE VERACRUZ

SESIÓN GENERAL
 
PROYECCIÓN DEL DOCUMENTAL:
THE PRISON PROJECT
-THE DAMMA BROTHERS-
 
VIERNES 19 AGOSTO 2011. 8:30 AMAULA DEL HOSPITAL DE SALUD MENTAL
Aguascalientes 100, Col. Progreso. Xalapa, Ver.

miércoles, 10 de agosto de 2011

USO PROBLEMÁTICO DE INTERNET.

Uso problemático de Internet: ¿un trastorno distintivo, una manifestación de un trastorno psicológico subyacente o una conducta problemática?Vladan Starcevic
University of Sydney and Nepean Hospital, Sydney/ enrith, Australia

El análisis del uso problemático de Internet por Aboujaoude es una contribución oportuna a la bibliografía en torno a una conducta no bien comprendida que al parecer ha atrapado la atención de los medios de comunicación más que de los profesionales de la salud mental. Y si bien los psiquiatras y los psicólogos clínicos parecen escépticos con respecto a muchos aspectos del uso problemático de Internet, el interés de la sociedad por los efectos adversos del uso de Internet al parecer está creciendo en forma exponencial.
Esto gira en torno a dos aspectos principales.El primero es la repercusión de los videojuegos violentos y otros contenidos internéticos violentos; el segundo es que lo que cada vez más se ha denominado «adicción a la Internet». En este último aspecto se enfocará este comentario.
El problema comienza con la terminología, ya que no está claro el nombre apropiado del trastorno o la conducta a menudo designados como «adicción a la Internet». Los avances en este campo difícilmente pueden lograrse si no se llega primero a un consenso con respecto a cuáles términos utilizar. La «adicción a la Internet» es un término problemático, no sólo por sus connotaciones peyorativas, sino también porque no hay pruebas de que en realidad sea un trastorno adictivo, es decir, que se caracterice por los datos distintivos de una adicción a drogas, como la tolerancia y la abstinencia.
Si se adopta sin evidencia suficiente, «adicción a la Internet» claramente será un término arbitrario. Conviene ser cauto y retener términos más descriptivos y «neutrales», como sería uso problemático (o problema) de Internet. También se han propuesto otros términos, por ejemplo,«uso patológico de medios electrónicos» (1), pero «adicción a la Internet» todavía parece dominar en la bibliografía y en la terminología profesional.
El rigor terminológico debe ir de la mano de la claridad conceptual. Una parte del motivo de la lucha continua con respecto a la terminología es la falta de claridad sobre las características fundamentales del uso problemático de Internet. Se han propuesto varias características,pero muchas de ellas parecen solaparse y reducirse a las dos características básicas. La primera corresponde a los aspectos del uso de Internet, descrito como excesivo o compulsivo, juntocon la preocupación por la pérdida del control con respecto al uso de Internet. La segunda refleja las diversas consecuencias adversas de invertir demasiado tiempo en la Internet, como descuidar las actividades sociales, las relaciones, la salud y las tareas laborales o escolares y modificar los hábitos de sueño y de alimentación de una manera nociva. Se necesitan más investigaciones para verificar con más precisión en qué grado estas características son distintivas del uso problemático de Internet.
El uso problemático de Internet al parecer es un concepto demasiado heterogéneo. Se ha señalado que consta de por lo menos tres subtipos: juego excesivo, conducta sexual problemática y mensajesde correo electrónico y de texto (2). La Internet también se puede utilizar en forma excesiva y con consecuencias negativas para el juego, comprar o charlar. Tres propósitos del empleo de la Internet puede relacionarse con diferentes tipos de uso, diferentes trastornos psicológicos subyacentes y diferentes consecuencias adversas. Puede entonces ser inadecuado agrupar todos los casos de uso problemático de Internet y en cambio es más útil considerar el juego en línea comouna manifestación del juego patológico; la conducta sexual problemática en relación con la Internet como una característica de un trastorno sexual o de otro tipo, etcétera. Según este enfoque, hemos formulado y evaluado los criterios preliminares para el uso problemático de videojuegos (3), pero estos necesitan más estudio.

USO PROBLEMÁTICO DEL INTERNET. FORUM DE LA ASOCIACIÓN MUNDIAL DE PSIQUIATRÍA.

FORUM: USO PROBLEMÁTICO DE INTERNET – EVIDENCIA DERIVADA DE LA
INVESTIGACIÓN Y ASPECTOS NO RESUELTOS
Uso problemático de Internet: un panorama general
Elías Aboujaoude
Impulse Control Disorders Clinic, Stanford University School of Medicine, 401 Quarry Rd., Stanford, CA 94305, USA
Hay un amplio consenso sobre la noción de que la Internet puede ser una herramienta que favorezca el bienestar. Sin embargo, es más difícil llegar a un consenso en torno a la cuestión del uso problemático de Internet. Esto puede deberse en parte a que las investigaciones científicas se han rezagado con respecto a los avances tecnológicos y la atención por los medios de comunicación. Los esquemas diagnósticos que se ha propuesto desde 1996 y las herramientas de detección que se han desarrollado resaltan las similitudes con el consumo de drogas, los trastornos por control de impulsos y el trastorno obsesivo-compulsivo. Las cifras de prevalencia varían en función de la definición diagnóstica que se utilice, el grupo de edad que se estudie y si las encuestas se llevaron a cabo en línea. Los estudios señalan altas tasas de comorbilidad con trastornos afectivos y, entre los individuos de menos edad, con el trastorno por déficit de atención con hiperactividad.
El tratamiento debe resolver cualquier trastorno concomitante presente y los que puedan estar causando o exacerbando el uso problemático de Internet.
Las intervenciones que específicamente pueden dirigirse al uso problemático de Internet comprenden psicoterapia cognitiva conductual e inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, pero se necesitan más estudios para tener directrices detalladas. Se precisa más investigaciones sobre la fisiopatología, la epidemiología, la evolución natural y el tratamiento del uso problemático de Internet. Además, también merecen atención los cambios psicológicos más sutiles, como la desinhibición, que parece caracterizar la conducta en línea de las personas, aun cuando no se puedan considerar necesariamente patológicas.
 

(World Psychiatry 2010;9:85-90)

sábado, 6 de agosto de 2011

¡ SE ACABA EL TIEMPO¡ACTUALIZA TUS DATOS

Estimados (as) socios (as) APM:
Se está llevando a cabo la actualización de datos para la edición del Directorio de Socios correspondiente al Bienio 2010-2011 y que será entregado en nuestro próximo Congreso Nacional. 
Es importante, si tienes datos que actualizar, los realices para que de esa forma te pueda llegar la correspondencia de APM (Publicaciones, Información, convocatorias, etc).
En esta enlace, encontrarás la página para realizar directamente los cambios en internet, usando tu clave de socio y tu password:  ASOCIACION PSIQUIÁTRICA MEXICANA
También, puedes en este enlace, realizar la actualización de datos: ACTUALIZACIÓN DE DATOS, SOCIO APM
Si tienes dudas o quieres actualizar tus datos telefónicamente, comunícate con APM a los Tels: (0155) 56525576, 56525586 con la Sra. Margarita Díaz o Victor Guadarrama.




EL SÍNDROME DE ANIQUILAMIENTO (BURNOUT) EN EL PROFESIONAL CLÍNICO: LA URGENCIA DE UN ABORDAJE IMPOSTERGABLE.

EL SÍNDROME DE ANIQUILAMIENTO (BURNOUT) EN EL PROFESIONAL CLÍNICO: LA URGENCIA DE UN ABORDAJE IMPOSTERGABLE.

Rodrigo Morales García*

            Todos nosotros, como trabajadores de la salud, respondemos psicológicamente al impacto de las enfermedades de nuestros pacientes. En la vida hospitalaria existen  una multiplicidad de formas de ansiedad que son experimentadas, tanto consciente como inconscientemente, por todos los profesionales de la salud que ahí laboramos. La naturaleza de nuestro trabajo clínico determina también la naturaleza de las diversas formas de ansiedad que podemos experimentar. Asì, si observamos la manera como se practica la medicina en nuestros diferentes ambientes de trabajo, podremos, entonces, identificar para cada profesional clínico, los diferentes fuentes y tipos de ansiedad a la que se encuentra expuesto. La distribución y especialización de nuestro trabajo define entonces también lo especializado de nuestra fuente de estrés: esto constituye un fenòmeno normal.
            Para enfrentarnos con estas fuentes de ansiedad, los clínicos construìmos estructuras de defensa, tanto en lo individual, como en lo colectivo e institucional. En la mayorìa de las ocasiones nuestras defensas cumplen su cometido, ya que nos permiten trabajar y desarrollarnos en nuestras tareas; pero pueden volverse excesivas, inadecuadas o insuficientes, conviertièndonos en clínicos disfuncionales o, en otras ocasiones, pueden fallar, en cuyo caso nos enfermaremos psicològica o fìsicamente.
            El ejercicio de la medicina ha sufrido cambios fundamentales a lo largo del siglo pasado y el actual. Con los cambios sociales inherentes al desarrollo económico, éste ha “exigido” también cambios en la forma de administrar la salud y la enfermedad. La estructura de la vida hospitalaria es una muestra de ello. Debido, entre otras causas, a una exigencia de mayor capacidad resolutiva, mayor volumen de pacientes, mayor competencia académica, pacientes y familias con un nivel mayor de exigencia, las fuentes de ansiedad del profesionista clínico se han multiplicado, y lamentablemente no se han generado, dentro de las instituciones de salud, mecanismos que faciliten el manejo adecuado y saludable del estrés del personal hospitalario. El resultado desde hace varias décadas ha sido terrible para el gremio clínico: su salud mental muestra ya, señales preocupantes.
Un primer paso para atender este problema, es el reconocer que existe, estudiarlo, entender sus mecanismos, y en consecuencia, iniciar con acciones para resolverlo. En este trabajo, realizamos un acercamiento a los mecanismos psicológicos que operan en la  vida hospitalaria y que se han identificado, como fuentes de estrés laboral para el clínico.

LA SALUD MENTAL DE LOS MEDICOS.
            Los mèdicos, tanto en lo individual como en lo  colectivo, somos notoriamente negligentes en lo que se refiere a nuestra salud mental. Mientras que nuestra salud fìsica puede ser superior a la de la poblaciòn en general, no es asì en el caso de la salud mental. Somos màs proclives  a la ansiedad y la depresiòn, al alcoholismo y al abuso de sustancias, comparados con otros grupos ocupacionales. Si los profesionistas  mèdicos no podemos vencer nuestra propia renuencia a enfrentar y aceptar la realidad de la enfermedad psicològica, ¿què esperanza habrà para el resto del personal de salud? ¿Por què existe esta renuencia en nosotros? Muchos mèdicos nos rehusamos a consultar a otros colegas acerca de nuestras molestias fìsicas y esta evasiòn se fortalece cuando la dificultad es de orìgen psicològico. Varios factores pueden explicar esta resistencia. Uno de ello es, desde una perspectiva psicodinàmica, el proceso por el cual proyectamos nuestras vulnerabilidades y debilidades en nuestros  pacientes. Esta defensa omnipotente es reforzada por la estructura social de las carreras mèdicas y, especialmente, por la competitividad inherente a la medicina hospitalaria. Este mecanismo de defensa  tiene su principal desventaja en no favorecer una autoconciencia de ayuda.

MECANISMOS DE DEFENSA INDIVIDUALES.
            Ejemplicado con lo anterior, es importante tener una visiòn general de los mecanismos psicològicos que modulan la conducta del personal de salud en un sala de  hospital.
            ¿Cuàles son las fuentes de ansiedad propias de los servicios de medicina hospitalaria? Considero como las más importantes a tres: la que se origina al enfrentar  las enfermedades mismas, la que se  origina con la muerte y/o dolor de nuestros pacientes y la que es provocada por el trato con familiares desesperados.
            El  mèdico,  la enfermera y otros profesionistas del àrea nos enfrentamos no sòlo a la enfermedad y a la muerte, sino tambièn a los efectos  del envejecimiento y la decrepitud. En especial, para los profesionistas jóvenes, esto constituye una experiencia dolorosa, ya que nos recuerda nuestra propia vulnerabilidad.
            Sin duda una de las mayores  y màs temidas situaciones  sòn las que se relacionan con las pacientes en fase terminal y con ser encargados de dar las malas noticias a sus familiares:  Todo nosotros hemos experimentado el deseo de no estar de guardia o en turno cuando un paciente terminal muere o cuando tenemos noticias malas que comunicar. Este proceso requiere equilibrio y empatía, dificil de generarse con un ritmo de trabajo extenuante en los servicios de éste tipo.
            Otra fuente de ansiedad es la originada por la impotencia que sentimos  al  observar el dolor de un paciente, ya sea fìsico ò psíquico, y  la sensación de fracaso ante la enfermedad, sobre todo, cuando esta es crónica o mortal.
            Aunque muchos pretendieramos lo contrario, existen pacientes que presentan enfermedades "repulsivas" para el personal que los maneja. Esto queda ejemplicado, fácilmente, observando las reacciones del personal ante el manejo de un paciente seropositivo a V.I.H. y mas claramente, en el manejo de pacientes con enfermedades mentales. Cualquiera que sea el àmbito de trabajo, al profesionista de la salud  se nos pide que transformemos lo inaceptable en mundado. Algunos lo logramos, otros no.
 Algunas de las estrategias de defensa psicològica  que experimentamos en lo individual el profesionista médico son:
º La negaciòn: Las transferencias de evasiòn, que parten de la negaciòn de la enfermedad, del temor y la ansiedad por el miedo de  convertirnos en pacientes.
º La hipomanìa: Nos obsesionamos por el trabajo. El mantenernos hiperactivos hace que no enfrentemos el dolor; si dejamos de trabajar, tenemos que enfrentarlo. Múltiples actividades, múltiples trabajos, no necesariamente se relacionan con nuestras necesidades financieras, sobre todo, si tomamos en cuenta el costo en la salud que nos genera.
º La hipocondriasis: Es comùn ver personal clínico que tiene del sìndrome de "no tener" muchas enfermedades, pero quejarse de sus sìntomas.
º La erotizaciòn: Una forma de demostrar que todavìa se està lleno de vida en un medio en donde se està en contacto contìnuo con la muerte y la enfermedad,  es el aumento de la actividad eròtica. Es el tema preferido de las series televisivas: "El dolor y la enfermedad quedan fuera del hospital: lo importante son las relaciones entre el personal  clínico".
º El actin out: Actuar los impulsos reprimidos. El personal clínico puede realizar conductas destructivas o autodestructivas sin percatarse de ello. Desde prescribir medicamentos innecesarios, realizar intervenciones quirùrgicas riesgosas e innecesarias. La ansiedad que genera la impotencia puede llevar a un servicio a realizar acciones que no necesariamente tienen que ver con las necesidades reales de los pacientes. Otras conductas en este sentido pueden ser el motor que explique el consumo excesivo de alcohol, tabaco y otras sustancias en el personal médico y paramédico de los hospitales. Particularmente en algunos servicios quirúrgicos, la incidencia de abuso de sustancias es alarmante y lamentablemente, con frecuencia, mortal cuando se trata de abuso de narcóticos opioides.
º La ntelectualizaciòn: El dolor y sufrimiento del paciente y el personal puede perder su esencia cuando se le convierte en un caso de "interès clìnico, de enseñanza o de investigación”
            Es necesario resaltar que el manejo disfuncional de la ansiedad  en algùn miembro del equipo de salùd puede derivar tras un curso crónico en un sìndrome de aniquilamiento (mas conocido como Síndrome de burnout) esto es, una depleciòn física con sentimientos de impotencia, abandono y desesperanza, agotamiento emocional y el  desarrollo de actitudes negativas hacia el trabajo, la vida y las demàs personas. Los profesionitas que desarrollan este cuadro, presentan una  sensaciòn de angustia  y la sensación de  haber fallado en la bùsqueda de sus ideales. Los mèdicos a quienes antes les importaban sus pacientes, se encuentran asì mismos temerosos con el trabajo clìnico y se  vuelven cada vez mas desapegados y descuidados hacia los pacientes. Algunos ingredientes comúnes en el personal que tiene riesgo de presentar este síndrome: altos niveles de competitividad, profesionistas jóvenes, rasgos obsesivos de personalidad, tendencia a la introversión, así como bajo nivel de actividades fuera de la vida hospitalaria.

MECANISMOS DE DEFENSA COLECTIVOS.
             No solo se responde a la ansiedad en forma individual. Tambièn se responde institucionalmente. Los hospitales se configuran de determinada forma para proteger de la ansiedad a lo......

* Hospital de Salud Mental. Servicios de Salud de Veracruz. Aguascalientes 100, Col. Progreso. CP 91140. Xalapa, Ver. 

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