domingo, 2 de octubre de 2011

Diagnóstico psiquiátrico:pros y contras de los prototipos frente a los criterios operacionales.

Diagnóstico psiquiátrico: pros y contras de los prototipos frente a los criterios operacionales
Mario Maj. 
Presidente, World Psychiatric Association

World Psychiatry (Ed Esp) 9:2:82
 En este número de World Psychiatry publicamos algunos artículos que son pertinentes al proceso de actualización de los dos principales sistemas de diagnóstico y clasificación de que disponemos en el campo de la psiquiatría: la ICD-10 (capítulo sobre trastornos mentales y de la conducta) y el DSM-IV. En esta etapa resulta claro que los dos procesos de actualización persiguen objetivos que en parte son diferentes. En el caso de la ICD, el principal propósito es mejorar la utilidad del sistema para la salud pública y en concreto la posibilidad de su uso por una gama de profesionales sanitarios. En el caso del DSM-IV el principal objetivo, o uno de los principales objetivos, es que la caracterización clínica de cada paciente sea más exhaustiva y por ello se añaden varias dimensiones al diagnóstico categórico.
Pese a estos objetivos en parte diferentes (y potencialmente divergentes) de los procesos de actualización, se está haciendo lo posible por «armonizar» los dos sistemas diagnósticos. Probablemente tienen en común al menos la misma «metaestructura» y utilizan la misma nomenclatura para designar las principales categorías diagnósticas. Sin embargo, persistirá como diferencia importante el hecho de que la ICD-11 se basará en descripciones narrativas de los diversos trastornos mentales, en tanto que el DSM-5 proporcionará criterios diagnósticos operacionales.
En la Encuesta Mundial de WPA-WHO, cuyos resultados aparecen en este número de la revista (1), más de dos tercios de los participantes (psiquiatras en ejercicio clínico) sostuvieron que un sistema diagnóstico basado en descripciones clínicas tienen más utilidad clínica que uno basado en criterios operacionales. La proporción de los usuarios del DSM-IV que aprueban esta postura fue incluso un poco mayor que la de los usuarios de la ICD-10. Por tanto, parece oportuno reflexionar en las ventajas y las desventajas de los dos enfoques y será el tema de un forum que se publicará en el próximo número de la revista. Mientras tanto son útiles algunas consideraciones preliminares.
La formulación de criterios diagnósticos operacionales para los trastornos mentales en la década de los 70 fue una respuesta a inquietudes importantes en torno a la fiabilidad del diagnóstico psiquiátrico. El enfoque operacional, cuyo propósito al principio era para el campo de la investigación, después fue propuesto también para el ejercicio clínico ordinario mediante el DSM-III. Ahora está bien documentado que este enfoque aumenta la fiabilidad del diagnóstico psiquiátrico en el contexto de la investigación. Está mucho menos claro, incluso en Estados Unidos, si el enfoque lo suelen utilizar los profesionales clínicos en el ejercicio profesional ordinario y, por tanto, si realmente daría por resultado un incremento de la fiabilidad del diagnóstico psiquiátrico en circunstancias clínicas.....
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