viernes, 13 de enero de 2012

PSICOTERAPIA Y PSIQUIATRÍA: UNA RELACIÓN PARADÓJICA.

Psicoterapia y psiquiatría: una relación paradójica 
Javier Torres-Torija*
 Salud Mental 2009;32:185-187

Hace ya más de cien años que una perspicaz paciente de Freud expresó en forma espontánea una definición de la psicoterapia que además de precisa conserva plena vigencia: «cura por el habla» (talking cure), llamó esta mujer, aquejada de una histeria, al nuevo método empleado por Freud para tratar las entonces llamadas psiconeurosis. No deja de resultar paradójico que este tratamiento, cuyo único instrumento era la palabra, haya sido propuesto por un médico renuente a ejercer la medicina y que movido por esa reticencia se haya acercado luego a trabajar como investigador en el laboratorio del eminente fisiólogo Ernst Brücke, en Viena, donde realizó estudios sobre el sistema nervioso humano durante tres años. Recordemos también que poco después, en 1895, Freud escribió, mientras definía los pilares del psicoanálisis, el «Proyecto de una psicología para neurólogos», en que formuló un esquema general que con gran audacia intentaba correlacionar sus recientes hallazgos psicológicos con la neurología. Dicho trabajo fue desestimado más adelante por su propio autor al considerar que la neurofisiología no alcanzaba todavía el grado de desarrollo suficiente que le permitiera servir de base explicativa de los procesos mentales que por entonces estaba descubriendo y, por lo tanto, evitó su publicación. El manuscrito permaneció guardado entre los papeles del autor y sólo se publicó después de su muerte gracias a la intervención de una discípula cercana.
El nuevo método de Freud no obtuvo aceptación inmediata y más bien fue visto con recelo por la medicina académica. Quizá resultaron excesivamente disonantes con el paradigma médico de la época la propuesta de procesos psíquicos inconscientes y el papel central que el psicoanálisis atribuyó a la sexualidad infantil. Este recelo propició que el psicoanálisis tomara un camino propio como método de investigación y tratamiento de ciertos padecimientos mentales, un tanto alejado de la medicina pero nunca del todo ajeno a ella. En el lapso de las cuatro o cinco décadas posteriores surgieron en Europa varias modalidades de psicoterapia, que de uno u otro modo se basaban en el psicoanálisis freudiano. No es el caso reseñar ahora el desenvolvimiento de estas «escuelas»; baste recordar que casi todas ellas surgieron como ramas derivadas del mismo tronco. Más tarde surgirían en los Estados Unidos otras corrientes psicoterapéuticas, unas sustentadas en la teoría del aprendizaje y otras surgidas de la psicología cognitiva que luego se fusionarían para dar lugar a la terapia cognitivo-conductual que ha alcanzado en la actualidad una difusión considerable.
Por otro lado, en ese país han proliferado muchas otras corrientes «psicoterapéuticas» surgidas de diferentes concepciones del ser humano. Algunas de ellas se basan en presupuestos místicos o esotéricos y, por lo mismo, no pueden considerarse como auténticas psicoterapias. Sin embargo, debemos admitir la dificultad intrínseca que implica establecer límites entre la verdadera psicoterapia y otras formas de influencia basadas en la sugestión. Más aún, si se piensa detenidamente, resulta difícil definir en qué consiste la psicoterapia.
Lewis Wolberg1 recolectó en su texto, considerado ya como clásico, varias docenas de definiciones. Esto nos lleva a plantear la cuestión de si es adecuado referirnos a la psicoterapiacomo un todo unitario o es mejor hablar de «psicoterapias».  ........

* Jefe del Departamento de Psicoterapia. Dirección de Servicios Clínicos. Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente. Calz. México-Xochimilco 101, San Lorenzo Huipulco, Tlalpan, 14370, México, D.F.

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