Alcohol y adolescentes
Un tema especialmente preocupante es el consumo de alcohol en
adolescentes, tanto porque se asocia a las principales causas de
mortalidad en accidentes, como por los daños neurológicos que genera.
El cerebro está en transición, ya que están madurando la corteza
pre-frontal y otras regiones del cerebro anterior sensibles a estrés.
Es por esto, que los adolescentes muestran una mayor respuesta a los
estímulos estresantes y alteraciones en la modulación neuronal,
derivadas de los efectos del etanol.
El sistema mesolímbico, donde se encuentra el circuito de la
recompensa, también está madurando y es más sensible a los estímulos
producidos por las drogas. En la figura 1 se puede observar
indirectamente la maduración del circuito de la recompensa, al comparar
las imágenes del metabolismo de la misma zona cerebral en el cerebro
adolescente y el cerebro adulto.
Figura 1. Tomografía por Emisión de Positrones (PET) que
muestra la actividad metabólica del circuito de la recompensa en un
cerebro adolescente (imagen izquierda) y en un cerebro adulto (imagen
derecha).
Hay evidencia de que el hipocampo, una estructura cerebral
íntimamente relacionada con la memoria y el circuito de la recompensa,
se afecta sustancialmente con el consumo de alcohol durante la
adolescencia.
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Otras investigaciones han encontrado que el proceso de neurogénesis,
esencial para la maduración neuronal en la adolescencia, se ve
interrumpido por el consumo agudo de grandes cantidades de etanol
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La edad de inicio del consumo de alcohol es un factor determinante
para que se presente el consumo de cualquier otra droga. De acuerdo a
la información de la Encuesta Nacional de Adicciones 2008, al comenzar a
beber alcohol antes de los 17 años, se tiene un riesgo casi 7 veces
mayor de consumir cualquier otra droga. Comparativamente, en quienes
comienzan a consumir alcohol después de los 18 años, este riesgo es
solamente 2 veces mayor.
El consumo temprano de alcohol es un importante factor de riesgo
para desarrollar dependencia a las bebidas alcohólicas. Un estudio
realizado en E.E.U.U., que contemplaba una muestra de 43,093 sujetos,
encontró que 47% de las personas que comienzan a beber en la
adolescencia desarrollaron dependencia al alcohol alguna vez en su
vida, en comparación con los que comenzaron a beber después de los 21
años, donde solamente 9% desarrollaron dependencia al alcohol alguna vez
en su vida
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1 Patia L. The Adolescent Brain and the College Drinker:
Biological Basis of Propensity to Use and Misuse Alcohol. J. Stud.
Alcohol 2002; Supplement No. 14: 71-81.
2 De Bellis et al. Hippocampal Volume in Adolescent – Onset Alcohol Use Disorders. Am J Psychiatry 2000; 157: 737 – 744.
3 Crews F.T., Mdzinarishvili A., Kim D., He J., Nixon K.
Neurogenesis in adolescent brain is potently inhibited by ethanol.
Neuroscience 2006; 137 (2): 437 – 445.
4 Ralph W. Hingson, Timothy Heeren, and Michael R. Winter. Age
at Drinking Onset and Alcohol Dependence: Age at Onset, Duration, and
Severity. Arch Pediatr Adolesc Med 2006; 160: 739 - 746.
DAÑOS AL CEREBRO JOVEN PRODUCIDOS POR EL CONSUMO DE ALCOHOL
Sabemos que el consumo de alcohol afecta el cerebro, pero ¿cuántos
años se necesita beber para notar los daños en el cerebro? ¿diez años?
¿veinte?
Hoy en día, gracias a los avances más actuales, los científicos ya
pueden ver las alteraciones en el cerebro de los jóvenes que beben.
En un estudio reciente, La Dra. Susan Tapert y su equipo de
investigadores de la Universidad de California en San Diego, observaron
los cerebros tanto de mujeres adolescentes que habían consumido cuatro
copas o más, así como de hombres adolescentes que habían consumido
cinco copas o más, en el periodo de dos horas, al menos en una ocasión,
durante los últimos tres meses. Los investigadores descubrieron que,
en comparación con los adolescentes que no consumían alcohol, se
encontraron anormalidades en la
materia blanca del cerebro de los adolescentes que consumen alcohol.
La
materia blanca es la parte del
cerebro que transmite las señales de las neuronas entre sí, como un
cable de televisión o el cable USB de la computadora. La transmisión de
señales es una de las principales funciones del cerebro, por lo que
todo lo que afecta la
materia blanca (como el alcohol), también afecta importantes funciones como pensamiento, aprendizaje y memoria.
En la figura 1 se puede notar lo que observaron la Dra. Tapert y
su equipo, donde se muestran imágenes del cerebro obtenidas por
resonancia magnética. Los pequeños puntos rojos muestran las zonas de
la
materia blanca donde se observaron las
diferencias entre los adolescentes que no consumían alcohol y los que si
lo hacían. Como se puede notar, las zonas alteradas están presentes en
varias áreas del cerebro. Para entender mejor las imágenes es
conveniente saber que cada una es como una rebanada del cerebro, que
comienza desde la base (imagen de la esquina superior izquierda) y
termina en la parte más alta (imagen de la esquina inferior derecha),
siguiendo la secuencia entre las filas de izquierda a derecha.
La parte impactante es que se encontraron alteraciones en los
cerebros de estos adolescentes, aún cuando no eran alcohólicos, y
tampoco bebían todos los días.
Figura 1. Imágenes del cerebro de adolescentes, obtenidas
con Resonancia Magnética, donde se observan las zonas alteradas por el
consumo de alcohol
Fuente: McQueeny et al., Alcohol Clin Exp Res. 2009
Con los resultados del estudio, la Dra. Tapert comenta:
“Considerando que el cerebro todavía se encuentra en desarrollo durante
la adolescencia, existe preocupación porque es especialmente
vulnerable a grandes cantidades de alcohol”.
CONSEJO NACIONAL CONTRA LAS ADICCIONES
La información presentada está basada en el:
Blog de Sara Bellum del National Institute on Drug Abuse (NIDA).
La investigación de la Dra. Tapert y su equipo puede consultarse en:
http://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/j.1530-0277.2009.00953.x/abstract