sábado, 12 de marzo de 2011

Almas en la clínica

Siempre vemos con agrado que un médico se acerque al mundo de las letras, las humanidades o la creación artística. Estamos seguros de que es una señal de su amplitud de criterio y de su agudeza. Es lo que demuestra el doctor Jesús Ramírez-Bermúdez en el Breve diccionario clínico del alma (Debate, México, 2010). Su libro muestra un refinamiento reflexivo de amplio espectro y un buen uso literario de la clínica. Pero hace algo mucho más arriesgado: introduce en su disciplina, la neuropsiquiatría, muchos argumentos y figuras que vienen de afuera de ella, que le son extraños. Por experiencia propia sé que estas intromisiones no siempre son bienvenidas por algunos celosos guardianes del orden disciplinario tradicional de las neurociencias. La referencia al alma en el mismo título de su libro podrá parecerles a muchos una concesión inadmisible a la metafísica. La noción de libertad es con frecuencia repudiada como una invasión de quimeras carentes de base científica. Jesús Ramírez-Bermúdez cita como ejemplo el materialismo eliminativista de los conocidos neurofilósofos Patricia y Paul Churchland que creen que el libre albedrío es un concepto que debería eliminarse del diccionario científico, por considerar que hace referencia a meras ilusiones. Muchas de las fascinantes historias clínicas que relata y comenta nuestro autor giran alrededor de otra idea que algunos neurocientíficos quisieran desterrar: la autoconciencia, esa sensación de identidad y de que somos un yo continuo que se expresa en todos nuestros actos. El mismo Thomas Huxley, el gran biólogo darwinista del siglo XIX, decía que la conciencia es un mero producto colateral del funcionamiento somático y que no tiene ningún poder para alterar la operación del cuerpo. La conciencia sería una mero epifenómeno, como el silbato de una locomotora o, como lo expresó William James, como la música de un arpa, que no modifica la vibración de las cuerdas, o como la sombra que se desplaza al lado del paseante, que no influye en sus pasos. A Ramírez-Bermúdez le interesa profundamente el misterio de la conciencia. ¿Soy realmente el mismo en todos mis actos? ¿Cuál es la esencia de la mismidad? Cuenta la historia de un joven que un día se despertó y vio su habitación dividida en tres partes, a su izquierda estaba alguien parecido a él mismo; pero a su derecha estaban otras personas que cuando miraba a la izquierda, hacían lo mismo, y cuando se arrodillaba, lo hacían también.......
Artículo completo en este enlace:
http://www.letraslibres.com/beta/blogs/almas-en-la-clinica

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